Coaching: ¿Cuál es el origen y la evolución del término? 1ª parte
El origen lingüístico del término coach se sitúa entre los siglos XV y XVI en la ciudad húngara de Kocs (entre Viena y Pest).
Kocs era una parada habitual para los viajes entre estas dos capitales. Para este trayecto se empezó a utilizar un carruaje caracterizado por tener determinado sistema de suspensión, poco común para la época. Éste aumentaba notablemente su comodidad frente a los carruajes tradicionales.
Así comenzó a hablarse del kocsi szekér, el ‘carruaje de Kocs’. Pronto se exportarían tanto el término, como este sistema particular de suspensión. De esta forma, el término kocsi pasó al inglés como coach, al alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al español como coche.
Por tanto, la palabra coach es de origen húngaro. Designaba un vehículo tirado por animales para transportar personas.
Más adelante, se comenzó a utilizar para referirse a la persona que transportaba el vehículo. Así, el coach era un conductor de un coche tirado por caballos. Incluso, todavía hoy, podemos encontrar en algunos diccionarios que una de las posibles traducciones de coach, se refiere a un conductor de carruajes. Y más frecuentemente, como conductor de autobuses.
Con el tiempo, se convierte en una palabra polisémica, con varios sentidos y valores. Se comienza a utilizar en diferentes áreas del deporte y, también, en el campo del aprendizaje.
Situándolo más en el plano deportivo, el término coach se comenzó a utilizar para designar a los maestros de esgrima, entorno al S.XVIII. Con los años, este término se empezó a extender a otras figuras, como los profesores de baile o de canto. El término comenzó a adquirir un significado distinto al de maestro o profesor, ya que sólo las clases más acaudaladas podían contar con este tipo de servicios. Además, la esgrima, el baile y el canto, no son meras actividades físicas sino, también, artísticas.
Ya en los inicios del S.XIX, algunos autores destacan que coach fue el nombre con el que asignaron algunos jóvenes de la aristocracia, a sus profesores particulares. Ya que, utilizando el símil del vehículo, contando con un coach era más fácil pasar de un curso a otro. Esto hizo que la palabra coach se popularizara entre los jóvenes universitarios.
Así, podríamos comenzar a traducir coach como un tutor, monitor, entrenador, etc. La traducción más usual que se hace, a día de hoy, es la que tiene que ver con entrenador. Y, coaching, como indica el sufijo- ing, hace referencia al acto de entrenar. Es decir, coaching podría traducirse literalmente como entrenamiento.
Ahora, fue precisamente en el contexto universitario, dónde se comenzó a diferenciar el término entrenamiento (que procede del francés entraíner y que en inglés se traduce como training) de coaching, como proceso.
Mientras que la palabra entrenador (trainner) se utilizaba más para designar a aquellas personas que, de forma genérica, ayudaban a otras a prepararse para la práctica de un deporte. El coach, se dedicaba más a identificar las necesidades específicas e individuales de cada persona, incluso dentro de un equipo.
De hecho, el término coach, a partir de mediados del SXIX, especialmente en EEUU e Inglaterra, se empieza a utilizar más para los preparadores o entrenadores de aquellos juegos a los que se juega en equipo. Este es el caso de las competiciones de remeros, fútbol, béisbol o baloncesto, por poner algunos ejemplos.
Lo curioso es que, ya en el siglo XX, Tim Gallwey, reconocido como uno de los padres del coaching, no comienza precisamente a estudiar el comportamiento de los entrenadores exitosos en juegos de equipo, sino, de deportes más individuales como el tenis, el esquí o el golf.
Tuvieron que pasar algunas décadas, ya que no fue hasta finales del siglo XX, cuando el propio Tim Gallwey (por medio de obras como El juego interior del tenis de 1974) y, muy significativamente, John Whitmore (quien populariza el término, dentro de las empresas, por medio de diferentes formaciones impartidas a grandes compañías como IBM y que lo extendería a otros ámbitos mediante su bestseller Coaching for performance) empiezan a dotar al coaching de una estructura y un cuerpo teórico propio.
© Carlos Cominero
En el próximo capítulo conoce la evolución del coaching en EEUU y Europa.
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