¿Cómo gestionar el estrés?
La mayoría de las descripciones sobre estrés, inciden en que se trata de una sobre activación fisiológica. La activación es algo necesario en la vida. Ahora, evidentemente, un exceso produce consecuencias negativas en el rendimiento. Por ello, es fundamental aprender diferentes formas de gestionarlo.
Estrés es un término que hasta la primera mitad del siglo pasado venía utilizándose principalmente en física y, en éste área, tiene que ver con la resistencia de los materiales.
Fue Hans Selye, médico de origen húngaro, el que rescató este término para referirse a determinadas respuestas de diversos pacientes ante una enfermedad o trauma. A esto se le llamó: Síndrome General de Adaptación (SGA) o estrés.
Desde entonces se han publicado miles de libros, ensayos y artículos. Aunque hay una gran disparidad de criterios, incluso dentro de la literatura científica, en cuanto a los procesos implicados que posibilitan la aparición de este síndrome.
En lo que sí que hay un consenso, en la mayoría de las descripciones, es en resaltar que: cuando generalmente hablamos de que nos sentimos estresados, lo que normalmente se está produciendo, en esos momentos o con anterioridad, es una sobre activación fisiológica.
La activación fisiológica, es algo necesario para realizar nuestras actividades diarias. Si queremos hacer deporte, si queremos hablar de cara al público, si queremos llegar a tiempo a nuestros compromisos o citas, es fundamental estar activados.
Ahora, tal y como se ha demostrado en diferentes experimentos, un exceso produce consecuencias negativas en el rendimiento. Si sobrepasamos nuestros propios límites, al final se produce el proceso contrario, disminuye notablemente nuestro rendimiento.
También, otra variable fundamental, es como estamos percibiendo esa activación. Si la percibimos como algo positivo, como cuando estamos en una montaña rusa o como cuando estamos divirtiéndonos con los amigos viendo o discutiendo, por ejemplo, sobre partido de fútbol. En estos casos normalmente no tenemos en cuenta que estamos sufriendo un exceso de activación, posiblemente porque estamos distraídos con actividades que nos gustan, nos motivan y entretienen.
O si, por el contrario, la percibimos como algo negativo, como cuando realizamos actividades que no nos gustan en exceso, como algunas tareas laborales que se nos imponen.
Algo en común que tienen en cuenta la mayoría de las técnicas de intervención vanguardistas, es que esta sobre activación, que percibimos como negativa, viene precedida por nuestros pensamientos. Que están íntimamente ligados a nuestros sentimientos y a nuestros actos.
Por tanto, si queremos gestionar el estrés, hay tres aspectos a tener en cuenta:
- Aceptar la activación como algo natural y necesario.
- Aprender a reconocer que pensamientos nos están generando un exceso de activación
- No tratar de luchar contra los pensamientos o sentimientos negativos, sino, por medio de diferentes ejercicios, aprender a trabajar con ellos.
Este último paso es fundamental, ya que representa algo a lo que no solemos atender. “Luchar”, “combatir”, nos predispone a una sobreactivación. No se trata de pelearte con tus propios pensamientos, sino de aprender a gestionarlos por medio de técnicas y ejercicios.
Desde el Instituto Europeo de Mindfulness te ofrecemos diversos talleres dónde aprenderás ejercicios que te ayudarán a ser más consciente de tus propios pensamientos, para así, mediante prácticas provenientes de diferentes metodologías, poder controlarlos. De forma que conseguiremos gestionar el estrés de forma más efectiva.
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Este artículo está escrito por Carlos Cominero y el vídeo corresponde a la segunda temporada del espacio de TVE, Espacio Empresa.