De nuestra habilidad para concentrarnos depende nuestro rendimiento, productividad, concluir nuestros proyectos…
Para algunos relevantes psicólogos, como Mikulas, los beneficios de los programas tradicionales de mindfulness, basados en meditación oriental, son debidos a los efectos de entrenar la capacidad de concentración.
Las tradiciones meditativas orientales se basan, entre otros, en ejercicios para focalizar la atención en el presente.
Para mantener la concentración en la experiencia inmediata se necesitan practicar, al menos, las dos siguientes capacidades:
La atención sostenida
Es la capacidad para mantener de forma prolongada en el tiempo un estado de vigilancia. Recordar que mindfulness, viene de mindful, que significa cuidadoso o atento.
El cambio atencional
Pero, también, necesitamos poder hacer justo lo contrario a lo anterior. Tener la sufuciente flexibilidad en la atención, como para cambiar de un objeto atencional a otro.
Por ejemplo, cuando estamos trabajando en la preparación de una reunión y comenzamos a desarrollar pensamientos que nos distraen (pensar en lo que tienes que hacer este fin de semana o que tienes que entregar próximamente un informe).
Por tanto, poco a poco, mediante el entrenamiento en mindfulness conseguimos apartar aquellos pensamientos, sentimientos o sensaciones, que nos alejan de nuestros objetivos.
La repetición de la práctica hace que cada vez nuestro inconsciente elabore menos pensamientos que nos hacen divagar y nos centremos más en lo que estamos haciendo en esos momentos.
Uno de los beneficios de realizar un programa de entrenamiento en el Instituto Europeo de Mindfulness, es que, mediante la combinación de diversas disciplinas, podemos desarrollar diversas distinciones que nos faciliten poder estar más tiempos concentrados en aquellas tareas que son relevantes.
